domingo, 2 de junio de 2013

"Lo bueno que un día hicimos juntos, siempre quedará"

Una vez más este año, llegamos al final de algo, pero no de cualquier cosa. Nadie desde fuera puede entender lo que es estar ahí, en ese escenario diciendo unas cuantas frases sin sentido que a los dos días borraremos de nuestra cabeza (o no).

Para los que llevamos 14 años, los que entramos por primera vez en clase de teatro con solo 4 añitos a nuestras espaldas, acabar ayer esta obra ha sido el final de una etapa más que importante en nuestras vidas. Dejamos atrás un montón de cosas, miles de sonrisas, de carcajadas y de buenos momentos; dejamos atrás a un montón de compañeros de los que sabemos poco o casi nada y a otros que seguimos viendo cada día; dejamos atrás comidas en teatro porque la obra necesita ensayos... en definitiva, dejamos atrás todo eso que hace que el teatro sea lo que es.

Son muchos los recuerdos que me vienen a la cabeza al pensar en esa clase, desde infantil hasta ahora, como "actriz" y como "ayudante" recordando cuando era yo la enana a la que ayudaban a hacerse un moño... 

Quizá lleve una semana entera viendo acercarse este momento y no queriendo admitirlo, incluso al acabar la última obra, nuestra última obra como alumnos, cuesta darse cuenta de que ya se ha acabado, aún viendo a Willy llorar. Es posible que necesitemos unas horitas o unos días más para ser completamente conscientes de que esto se ha acabado.

Igual es obvio por la cantidad de cosas inconexas escritas hasta ahora pero es difícil plasmar todo lo que significa esto en unas cuantas palabras pero lo que sí tengo claro es que hay mucho que agradecer a dos personas que han estado siempre ahí, porque sin ellos nada habría sido igual o simplemente no habría sido, así que muchas gracias a Puri y  Willy por todo lo que, sabiéndolo o sin saberlo, han hecho por nosotros y por mí. Agradecer también a todos los compañeros que estuvieron ahí desde que yo era solo una renacuajo que andaba perdida entre telas y aros.... y a los que este año me han demostrado que las familias tienen muchas caras y formas de ser, porque cuando creces en esta actividad, sin pretenderlo, te das cuenta de todo lo que pueden significar un par de horas por semana.

Y sin quererlo, este año, rodeada de cambios continuos e inesperados a la vez que esperados, me he dado cuenta de todo lo que es esto para mí que llevo, como quién dice, toda la vida en esa clase, porque lo siento para los que no lo entiendan porque no saben lo que se pueden llegar a perder.

Son demasiadas las cosas que he aprendido, las que me quedan por aprender; muchas las cosas que agradecer y muchos momentos que guardar para mí los que he ganado con teatro así que solo nos queda esperar que el año que viene sea posible seguir, como mínimo, pasándome por la clase aunque, por descontado, cuento con poder volver como aquella enana de 4 años. En definitiva, esto no es una adiós, digamos que es un simple "Hasta luego".



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